Olvidabamos los recuerdos en el vaivén de dos cuerpos que se estremecen al chocar.
Cómo olas rompiendo cuál martillo escultórico contra el farallón, buscando arrancar en cada convulsión de placer desmedido la materia de desecho qué esconde el poder de la diosa generadora.
Levantas embravecido tu furia desde la nada aumentando tu pasión al acércate a una aparentemente altiva roca, qué siente en su bullir interno el estremecimiento qué provoca el aire al dejar espacio a tu embiste. Chocando en un aparente absurdo que estalla inútil, disgregando en millones de gotas esparcidas al aire, espuma que en tensión crea con su choque.
Olas en retirada, en aparente derrota que arrastran en
silencioso reverencio el desecho infame de materia orgánica.
Mientras tu cincel va dando forma sin profanar. Enalteciendo en el túrbido arrastre este renacer secreto de sumisión a la Diosa, estremeciendola en su fuego sin rozarla apenas.
Sin soltarla jamas.
Para ser comparsa en su poder jamas poseido.
Sigue siendo el Dios que siempre has sido, que por no batallar has vencido entregando la paz tan buscada.
Lo has bordado de nuevo centinela de existencias.
Eres un genio de la rima y de la prosa restaurando el orden en el caos establecido.
Sin crecerte, te regalas ponzoñoso cual veneno de embriaguez evanescente.
Nada entregas, nada falta en tu hacer, deshaciendo en el ambiente cualquier rastro de deriva permanente.
Sin rivales es mas fácil navegar en estos mares.
Cómo olas rompiendo cuál martillo escultórico contra el farallón, buscando arrancar en cada convulsión de placer desmedido la materia de desecho qué esconde el poder de la diosa generadora.
Levantas embravecido tu furia desde la nada aumentando tu pasión al acércate a una aparentemente altiva roca, qué siente en su bullir interno el estremecimiento qué provoca el aire al dejar espacio a tu embiste. Chocando en un aparente absurdo que estalla inútil, disgregando en millones de gotas esparcidas al aire, espuma que en tensión crea con su choque.
Olas en retirada, en aparente derrota que arrastran en
silencioso reverencio el desecho infame de materia orgánica.
Mientras tu cincel va dando forma sin profanar. Enalteciendo en el túrbido arrastre este renacer secreto de sumisión a la Diosa, estremeciendola en su fuego sin rozarla apenas.
Sin soltarla jamas.
Para ser comparsa en su poder jamas poseido.
Sigue siendo el Dios que siempre has sido, que por no batallar has vencido entregando la paz tan buscada.
Lo has bordado de nuevo centinela de existencias.
Eres un genio de la rima y de la prosa restaurando el orden en el caos establecido.
Sin crecerte, te regalas ponzoñoso cual veneno de embriaguez evanescente.
Nada entregas, nada falta en tu hacer, deshaciendo en el ambiente cualquier rastro de deriva permanente.
Sin rivales es mas fácil navegar en estos mares.
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