sábado, 23 de diciembre de 2017

HIBERNANDO

Levantando una pestaña perezosa el solsticio en su llegada, me veo en tu mirada. 

Acurruco indolente abandonos de presentes.

No hay dogmas que me impregnen. 
Detengo en el momento el tiempo en tu latido. 

Hibernan las entrañas, mientras se reconcomen en aleteos leves crisálidas que sienten.  

El roce de tu aliento recoloca en mi nuca extremos de calor que el frío impulsa. 
El todo detenido en presente suspendido. 
Despierta en pleno orgasmo, el grito del solsticio es suave desvarío. 
Aun  suave vas llegando. 
Tu piel siento encajando en los pliegues de la mia.
Respira, no aceleres, no hay prisa. 
Vibrando está la risa, en ella suspendida.  
Suaves roces las yemas de mis dedos, acordes lentos.
Lentamente te estremezco, contacto simulado tus pieles con mis manos. 
Tu sigue así temblando que no hay prisa.
Cuando llegas no hay salida. 
Son metas inalcanzables las del Amor sin medida. 
Ningun trofeo que izar relájate sin prisa.

Yo encajo sin rozarte el aliento de los dedos  
Tú adapta sin tocarme, el aliento de mis sueños. 
Un aliento en mil alientos.
El aliento sin aliento.
Hibernando en el silencio.

Todo parecía frío al empezar esta historia. 
Hibernaba las entrañas qué llenas de fuego asoman. 
Ya no hay roce !!
Mas que vida hay  desvarío !! 
Sigue hibernando amor mío. 
Que no hay prisa en el tumulto, que no hay prisa en la llegada, que no hay prisa en el invierno, que no hay prisa en mi mirada. 

Disfruta de este momento que en la meta todo acaba.

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