No pretendo hacer reproches, simplemente no tengo ya fuerzas para
huir, lo haría, es lo que se me da mejor, pero la huida agota.
Tampoco pretendo que suene romantico, dramatico, hermético o chiflado cuando digo que no tengo permiso de los Dioses para los amores personales de esta índole.
Tampoco tengo fuerzas, ganas, ni motivos para explicaciones innecesarias.
Hay que ser muy Dios para transformarse en hombre y la Reina de las imbéciles para hacerlo en mujer. Me siento terriblemente enfadada conmigo misma, en estos casos lo peor es que no queda otro remedio que soportarse con el mínimo de violencia personal, en momentos de flagelación tiendo a la crueldad extrema.
Nadie sabe reprochar y torturar mejor de lo
que lo hago yo misma con magistral felonía, conmigo misma obviamente, es mi sino, laboratorio de pruebas de aguante emocional, sensor de Dioses y Demonios.
Un maldito sistema de medida, un baremo de control, un simple mecanismo inútil y excéntrico de unos hados aburridos e incompetentes a los que me es dado venerar en su eternidad y aborrecer en su comprensible inhumanidad de Dioses omnipotentes, presentes y ausentes a su imagen y conveniencia.
A cambio ?
La nada que lo es todo.
El todo que es la nada.
Donde te encontraré cuando te haya perdido.
Donde me buscaras cuando no esté.
Salpicando de egos las jugadas, existiendo, perviviendo, pervirtiendo con sinuosas trampas temporales para arrastrarme de nuevo a los tiempos donde quizás no debería haberme asomado, ni encontrarte, ni verte, ni mirarte, ni sentirte, ni saberte, porque eras la fruta prohibida de aquel árbol que nunca hay que comer.
Los Dioses siempre juegan y ganan.
huir, lo haría, es lo que se me da mejor, pero la huida agota.
Tampoco pretendo que suene romantico, dramatico, hermético o chiflado cuando digo que no tengo permiso de los Dioses para los amores personales de esta índole.
Tampoco tengo fuerzas, ganas, ni motivos para explicaciones innecesarias.
Hay que ser muy Dios para transformarse en hombre y la Reina de las imbéciles para hacerlo en mujer. Me siento terriblemente enfadada conmigo misma, en estos casos lo peor es que no queda otro remedio que soportarse con el mínimo de violencia personal, en momentos de flagelación tiendo a la crueldad extrema.
Nadie sabe reprochar y torturar mejor de lo
que lo hago yo misma con magistral felonía, conmigo misma obviamente, es mi sino, laboratorio de pruebas de aguante emocional, sensor de Dioses y Demonios.
Un maldito sistema de medida, un baremo de control, un simple mecanismo inútil y excéntrico de unos hados aburridos e incompetentes a los que me es dado venerar en su eternidad y aborrecer en su comprensible inhumanidad de Dioses omnipotentes, presentes y ausentes a su imagen y conveniencia.
A cambio ?
La nada que lo es todo.
El todo que es la nada.
Donde te encontraré cuando te haya perdido.
Donde me buscaras cuando no esté.
Salpicando de egos las jugadas, existiendo, perviviendo, pervirtiendo con sinuosas trampas temporales para arrastrarme de nuevo a los tiempos donde quizás no debería haberme asomado, ni encontrarte, ni verte, ni mirarte, ni sentirte, ni saberte, porque eras la fruta prohibida de aquel árbol que nunca hay que comer.
Los Dioses siempre juegan y ganan.