viernes, 25 de mayo de 2018

DECÍAS QUE NO ESTABAS

Ese punto luminoso que se pierde en el fondo oscuro de la travesura a la que incita  tu mirada.

Sonríes.

Un sonrojo en la mejilla acompañando arrugas que han compuesto las risas que escondieron lagrimas, nunca derramadas.
Un frunce moldeado para enmarcar tus ojos picarones, que callan los secretos que nunca has confesado.

Ruborizas instintos de cuerpos que intentan huir de Almas descarriadas.
Siempre teorizando finales sin llegar a los principios.
Buscándome con temor a encontrarme.
Huyendo a los infiernos para descubrir la realidad del cielo.

Decias que no estabas, pero tu mirada me muestra que nunca te fuiste.

El susurro de tu voz me repite el Canto pagano de una Sibila acechante.

Causas vértigos relatando como el Sol perderá su brillo y la Tierra temblara sin perdonar ni buenos ni malos.
Instándome a lo que nunca fue pecado por primera, quizás por única vez.
Canta la Sibila apareciendo misteriosa para que no faltes a la cita diciendo que no estabas.

Tú, madre de todos los pecados ...
Haz que tu sentencia sea misericordiosa ...
Haz que el paraíso este abierto a nosotros...

Sin el grito desgarrado del que espera juicio.
Vistes de aire el reflejo de piel que envuelve la carne.
Intentas sujetar la sangre latiendo.
Sacudes el corazón buscando acelerado una salida o una entrada para desbocarse.

Carne mortal que el dios vistió de Diosa en su huida.
Y ahora la desnuda.

Arráncame las verdades a jirones, despojándome de mentiras.
Recorre mis angustias.
Pisotea lo construido mientras pretendia detenerme en el arcén angosto de un camino que jamas tuvo retorno.
Poseeme en mi misma como yo me poseeria en ti.

Decias que no estabas.
Sin apiadarte de los miedos que enraizaban vistiendo venas y arterias transformando sangre en vida.
Una vida yacente, cuando creia que no estabas.

La mano en la cintura acecha, aprovecha el traje de carne mortal que nos engalana para vestir la Ira que azotara la infernal confusión.

Elimina los temores de entregarte a lo que no existe para existir.
Toma hálito de vida borrando de ella todo lo que no converge en los sueños.
Derrama sobre mi cada soplo de este hálito.
Dame aliento de tormenta, fuerza de tempestad, torpeza de huracán, caricia de brisa que amansa cautelosa.

Algo en mi interior se me arrebata.
Decias que no estabas....
















ESTOY CANSADA

No pretendo hacer reproches, simplemente no tengo ya fuerzas para huir, lo haría, es lo que se me da mejor, pero la huida agota. Tampoc...